La primera forma de evangelización es el testimonio

 

En este último DOMINGO del mes de junio
recordamos que:

“El testimonio evangélico, al que el mundo es más sensible,
es el de la atención a las personas y
el de la caridad para con los pobres y los pequeños, con los que sufren.
La gratuidad de esta actitud y de estas acciones,
que contrastan profundamente con el egoísmo presente en el hombre,
hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el Evangelio.
Trabajar por la paz, la justicia,
los derechos del hombre, la promoción humana,
es un testimonio del Evangelio,
si es un signo de atención a las personas
y está ordenado al desarrollo integral del hombre”.

(RM 42)

***

La semana que empezamos
nos trae varias celebraciones:
el martes, la Víspera de san Juan;
el 25 san Zoilo (cf. Antif. León);
el 26 san Pelagio / Pelayo;
y el 27 la memoria de María, Perpetuo Socorro.

 

Corazón de Cristo

 

VERDADERAMENTE es justo y necesario,
equitativo y saludable,
que te demos gracias siempre y en todo lugar Señor,
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno
que quisiste que tu Unigénito colgado en la cruz
fuese atravesado por la lanza del soldado,
para que su Corazón abierto,
santuario de la generosidad divina,
derramara sobre nosotros torrentes de gracia y misericordia;
y ya que nunca cesó de arder por amor nuestro,
fuera descanso para los que te aman
y, para los que se arrepienten,
refugio siempre abierto de salvación.
Por eso, con los Ángeles y los Arcángeles,
con los Tronos y Dominaciones,
y con toda la milicia del ejército celestial,
cantamos el himno de gloria, diciendo sin cesar:

Santo…

(Antiguo Prefacio de la solemnidad
del Sagrado Corazón de Jesús)

 

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Santidad y belleza

 

Una reflexión previa:
«La única apología verdadera del cristianismo
puede reducirse a dos argumentos:
los santos que la Iglesia ha elevado a los altares [hombres y mujeres apóstoles de la caridad, pacifismo, solidaridad, testimonio, entrega, estudio, ciencia, etc. ] 
el arte que ha surgido en su seno [música, escultura, pintura, arquitectura, literatura, fotografía, danza, etc.].

El Señor se hace creíble por la grandeza sublime de la santidad y por la magnificencia del arte desplegadas en el interior de la comunidad creyente, más que por los astutos subterfugios que la apologética ha elaborado para justificar las numerosas sombras que oscurecen la trayectoria humana de la Iglesia.

Si la Iglesia debe seguir convirtiendo, y, por lo tanto, humanizando el mundo, ¿cómo puede renunciar en su liturgia a la belleza que se encuentra íntimamente unida al amor y al esplendor de la Resurrección?  No, los cristianos no deben contentarse fácilmente; deben hacer de su Iglesia hogar de la belleza —y, por lo tanto, de la verdad—, sin la cual el mundo no sería otra cosa que antesala del infierno».

***

Esta tarde se celebran las primeras Vísperas
de la solemnidad del Corazón de Cristo.

El «águila celestial»

Una fíbula visigótica en forma de águila hallada en Portugal

 Es éste un animal muy representativo que fue usado en Oriente tanto por judíos como por cristianos durante la época bizantina.

Sabemos por Flavio Josefo que el rey Herodes había hecho colocar una gran águila dorada en el Templo de Jerusalén, provocando con ello un tremendo escándalo (Antigüedades Judaicas, XVII, 6, 2-3). Pero el mismo motivo del águila aparece más tarde esculpido sobre el dintel de algunas sinagogas y escuelas rabínicas, como en Gush Halav, Cafarnaún, Dabbura, y también sobre un capitel en Umm el Qanatir. En mosaicos judíos sólo se encuentra el tema del águila en un recuadro del deteriorado pavimento de la sinagoga de Yafia […].

[Culturalmente] el águila representaba el “dios del cielo”, de los altos espacios, por donde ella se movía más libremente que cualquier otra creatura.

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El libro de Daniel:
pinceladas catequéticas

Daniel y el ángel en un manuscrito hispano.

 

En el Antiguo Testamento, la versión griega del libro de DANIEL contiene varios pasajes que no figuran en el texto hebreo: son parte de los escritos “deuterocanónicos”.

El primero es la oración de Azarías y el magnífico “Canto de las criaturas” entonado por los compañeros de Daniel. Ambos textos provienen de la liturgia israelita y fueron incorporados con algunas adaptaciones al relato de Dn 3. Este canto de alabanza, en la liturgia hispana, recibe el nombre de “Benedictiones”.

Luego siguen tres pintorescas narraciones de carácter “edificante”, sin ninguna relación con el resto del Libro, que presentan como héroe legendario a Daniel.

En la famosa “historia” de Susana, se pone de relieve la protección que el Señor concede a los justos y el triunfo de la inocencia sobre la maldad (Dn 13).

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Tras el «Corpus»:
la lectura de la Biblia como “sacramento”

<Como en el banquete eucarístico se tiene cuidado de que no caiga nada de las preciosas especies, de la misma manera se ha de procurar no perder una sola palabra de la Sagrada Escritura cuando es leída en la Iglesia; porque también de ella se alimenta el hombre interior. «Como la carne de Cristo es una verdadera comida y su sangre una verdadera bebida», escribe San Jerónimo, «así nuestro único bien en la vida presente es comer esta carne y beber esta sangre, no sólo en el Misterio (del Altar), sino también en la lectura de la Escritura» (In Ecclesiastes, c. III.)>.

 

(E. Löhr, Los misterios pascuales (1957), ed. Guadarrama, Madrid 1963, pág. 23s.)

Una enseñanza para tener en cuenta
y un acicate para leer la Palabra de Dios
-de manera más abundante- en estos días.

Corpus: día de caridad

Llevamos años animando al compromiso activo.
Aquí tienes la información sobre el voluntariado
en Cáritas: acción social y caritativa de la Iglesia.
También puedes incorporarte a Cáritas
en tu propia parroquia o

colaborar con proyectos concretos.

En estos momentos de crisis sanitaria,
social y económica
la colaboración se hace más apremiante.

 

Ad Orientem

Comunidad de Alcalá de Henares al canto del Pater Noster.

 

Tanto en la liturgia de la Iglesia (oración pública)
como en la oración personal (oración privada)
rezar hacia la salida de la luz
es una expresión de esperanza.
Los antiguos cristianos marcaban con una cruz
en sus hogares el lugar del nacimiento del sol
para dirigir hacia allí la oración:
hacia el Sol que no tiene ocaso.

***

<Miremos hacia Oriente>, decía la monición del diácono en la antigua liturgia de Egipto al comenzar la Plegaria Eucarística. El pueblo respondía y actuaba con <los corazones hacia el Señor>.

“En la Iglesia antigua la orientación de la celebración era hacia oriente, no solo para el celebrante, sino también para todos los fieles. Si la puerta de entrada se situaba hacia oriente, entonces el celebrante estaba «detrás» del altar vuelto hacia la comunidad, pero contemplaba únicamente espaldas, dado que para orar también la comunidad se volvía hacia oriente. Como la mayoría de las iglesias de nueva construcción se orientaban, la orientación de la celebración conllevaba orar <versus altare>” (M. Kunzler, La liturgia della Chiesa, Jaca Book, Milán 1996, 229).

 

Los edificios sagrados -para la reunión de la Iglesia orante- son un signo que nos indica el camino hacia Aquel que viene y, por ello, acostumbra a construirlos orientados. Cfr. Congregación para las Iglesias Orientales, Istruzione per l’ applicazione delle prescrizioni liturgiche del Codice dei Canoni delle Chiese Orientali (Istruzione): Enchiridion Vaticanum 15: Documenti ufficiali della Santa Sede 1996, ed. E. Lora, Bologna 1999, nn. 88. 102.

Concepción cósmica de la salvación

 

En el siglo XXI tenemos la misma convicción que hemos heredado de la tradición:

 

<La concepción cósmica de la salvación
que llega como “Luz que nace de lo alto” (Lc 1, 78),
ha inspirado la tradición apostólica
de la orientación hacia el Este de los edificios cristianos
y la posición del altar,
con la finalidad de celebrar la Eucaristía hacia el Señor,
como sucede actualmente entre los orientales.
No se trata, en este caso, como frecuentemente se dice,
de presidir la celebración dando la espalda al pueblo,
sino de guiar al pueblo en el peregrinaje hacia el Reino,
invocado en la oración hasta el retorno del Señor>.

 

(Lineamenta del Sínodo sobre la Eucaristía, n. 53).

 

Esta concepción cósmica de la salvación hace que la Iglesia, al construir edificios donde expresa su encuentro temporal con su Señor, manifieste su deseo del encuentro eterno con el Esposo preparándose para el Banquete de Bodas del Cordero. Así, estos edificios sagrados -para la reunión de la Iglesia orante- son un signo que nos indica el camino hacia Aquel que viene y, por ello, se acostumbró a construirlos orientados.